Tenían una causa específica. Una causa buena y altruista. Fueron anunciadas por el gran ciclista Lance Armstrong para ayudar a las personas con cáncer. Para darles una nueva esperanza. Esa pulsera significaba un gran fetiche a favor de aquella campaña y la manera de demostrar nuestra solidaridad. Fue algo generoso. Después como siempre que algo tiene éxito se comercializaron a precios exagerados. Y ahora se consiguen sobre cualquier babosada sin sentido. Hasta para echarle porras a un candidato. Pero aun así la idea fue grandiosa
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