Especialmente cuando es de madrugada y algún inoportuno bicho anda zumbando (o peor aún, chupando la sangre) quitando la tranquilidad nocturna. Una vez que hago valer mi autoridad y el insecto es enviado al otro mundo vuelvo a recuperar mi pacífico sueño.
3/11/09
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario