7/9/10

#329.- Me gustan: Los nombres Propios

Cualquier cosa por muy nimia que sea tiene un nombre. De hecho al llamarle “cosa” ya se le está asignando por ende un nombre (común y corriente). Pero lo común es plano, insípido, sin fuerza. Usar un nombre “propio” para definir a alguien implica mucho más que el nombre en sí. Aquello adquiere un valor especial que lo diferencia por encima del resto de los mortales. Mi perro por ejemplo no es solamente “mi perro”. Su nombre es Pepo. Y Pepo es un integrante más de esta familia. Pepo ya ha adquirido un nombre particular que ya lo define y es conocido por él y por todo aquel que nos visita. Mas si algún extraño osa entrar a esta casa sin llamarle por su nombre, pepo ofendido los correrá a ladridos y mordidas


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